martes, 7 de octubre de 2008

Grecia

Política

Las reformas de Solón abrieron el camino a Clístenes para la introducción de la democracia en Atenas (510-507 a.J.C.), hecho que se tomó como el símbolo de una nueva era en la historia de Grecia.Las reformas de Clístenes, consolidadas de manera definitiva por Pericles en el siglo v a.J.C., introdujeron el principio de igualdad ante la ley de todos los ciudadanos varones y libres.La asamblea de ciudadanos (ekklesía), al elegir entre sus miembros el Consejo (bulé) y los Tribunales, se convirtió en el órgano fundamental de gobierno.Los altos magistrados, como el arconte, eran elegidos por sorteo entre todos los ciudadanos.
Para evitar la discriminación en función de la riqueza, los cargos públicos fueron retribuidos.Clístenes promulgó una reforma electoral que eliminó el poder político de los antiguos grupos tribales y clasificó la población del Ática no según el nacimiento sino según el domicilio (creó así los distritos electorales).El movimiento democrático se realizó sobre todo en las regiones donde el comercio había creado una clase media próspera y exigente ante la aristocracia e insatisfecha ante los resultados de la tiranía.Con la democracia, el ciudadano se convertía en el centro de la sociedad. Sin embargo, este sistema de gobierno dejaba al margen a una gran parte de la población —mujeres y esclavos— y limitaba mucho los derechos de los metecos o extranjeros, que rabajaban generalmente en la artesanía y el comercio.Los metecos, aunque eran libres y estaban protegidos por la ley, no tenían derechos políticos ni civiles y estaban sometidos a algunas obligaciones tributarias.En Esparta, la condición de los ilotas se equiparaba a la de los esclavos atenienses, incluso más dura que la de estos últimos.En Atenas, no había prácticamente distinción real entre el tipo de trabajo realizado por los hombres libres y el de los esclavos, a excepción del trabajo en las minas, desarrollado siempre por esclavos.

Las condiciones en las que se realizaba el trabajo, pues, por lo general, el hombre libre trabajaba por su propia cuenta.Las grandes empresas de esta época empleaban siempre trabajo servil. Para el hombre rico, el esclavo no era sólo una fuente de comodidades sino también de producción, que debió de contribuir indudablemente a la prosperidad económica de Grecia.Los ciudadanos constituían el grupo más homogéneo. La mayoría era indígena de la polis y su mayor privilegio en relación al resto de no ciudadanos era su derecho a adquirir y ostentar la exclusiva propiedad de la tierra.La Confederación Ateniense y la guerra contra Persia (490-478 a.J.C.)El imperio persa, en la época de Ciro el Grande (550-530 a.J.C.), conquistó las ciudades griegas de Asia Menor e inició, a partir de entonces, un proceso de expansión que puso seriamente en peligro las importaciones de cereales y cuestionó, ante todo, el principio de libertad, tan arraigado entre los griegos.Ante esta situación, Atenas y Eretria apoyaron la sublevación de las ciudades jonias de Asia Menor contra la dominación persa, hecho que determinó el inicio de las «guerras médicas» entre el imperio persa y los estados griegos.Las guerras médicas provocaron el surgimiento de un fuerte nacionalismo griego frente a Oriente, pero no lograron forjar la unidad entre las polis.Tras la victoria de Micala, Esparta se retiro y dejó sola a Atenas, esperando probablemente que el agotamiento militar de los atenienses le daría la oportunidad de dirigir los asuntos griegos.Sin embargo, Atenas llevó a cabo una brillante política naval y, bajo su mando, fue creada la Confederación Ateniense o Liga de Delos (477 a.J.C), que agrupaba las ciudades del archipiélago, la Jonia y el Helesponto, con el objetivo de liberar las ciudades griegas asiáticas y de fomentar el comercio.A través de la Confederación, Atenas creó un imperio comercial y pretendió imponer su modelo político a toda Grecia y convertirse en el centro político y cultural de toda la Hélade.

La época de mayor esplendor correspondió al gobierno de Pericles (c. 495-429 a.J.C.), que emprendió reformas constitucionales en un sentido más democrático, reconstruyó la ciudad e hizo de la Acrópolis un símbolo de la grandeza de Atenas.Sin embargo, el liderazgo de Atenas suscitó profundas rivalidades con Corinto y Esparta, hecho que llevaría a un enfrentamiento permanente entre estas ciudades (Liga del Peloponeso) y Atenas y sus aliados (Liga Atica).Con la paz de Calias en el año 448 a.J.C., Pericles consiguió la liberación del Egeo y, renunciando a la hegemonía terrestre, concertó un período de paz con Esparta.La guerra del Peloponeso (431-404 a.J.C.): la hegemonía de
EspartaEsparta sustituyó la democracia por gobiernos oligárquicos en todas las polis que integraban la Liga Atica. El régimen de terror impuesto por Esparta suscitó numerosos levantamientos y alianzas entre las polis y sólo disminuyó cuando las relaciones de Esparta con los persas empezaron a deteriorarse.Tras la caída de Atenas, Tebas se alzó contra Esparta, a la que derrotó en Mantinea (362 a.J.C), y deshizo la Liga del Peloponeso, aunque no consiguió consolidar su hegemonía en Grecia.Los enfrentamientos de los siglos v y iv a.J.C. dieron lugar a una grave crisis política, social y económica que repercutió sobre los sectores más pobres de la población, en especial sobre los campesinos, los cuales, ante la pérdida de sus tierras, dejaron el campo y se instalaron en la ciudad en busca de trabajo.Algunos de ellos se expatriaron y se hicieron mercenarios; otros, en cambio, recurrieron al subsidio del estado. En todo caso, las tensiones entre ricos y pobres se acentuaron y dieron lugar a disturbios sociales que canalizaron aspiraciones igualitaristas y de reparto de tierras.Todos los pensadores y políticos del siglo iv a.J.C. se preocuparon por encontrar soluciones que restablecieran la concordia interna de la comunidad; Aristóteles (384-322 a.J.C.), por ejemplo, le dedicó al tema su Política.La guerra del Peloponeso conllevó en gran medida la decadencia de la ciudad, de la polis y de sus instituciones como marco esencial de la civilización griega. Hacia el 355 a.J.C., las ciudades-estado más importantes estaban políticamente desacreditadas y exhaustas, ninguna de ellas estaba en condiciones de asumir la hegemonía.El servicio militar regular desapareció y la defensa de la ciudad se confió a ejércitos mercenarios. El estado, perdiendo el sentido cívico que tanto le había caracterizado, se encargaba sólo de distribuir subsidios y de organizar festejos.A partir de entonces, el mundo griego entró en una nueva etapa, en la que surgieron nuevos centros de fuerza política y cultural.La monarquía, la caballería y los mercenarios, en detrimento de las instituciones y de los valores democráticos que habían caracterizado la época clásica, asumieron una importancia mucho mayor.

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